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Las bicicletas y los agudos se deslizan..

  • Foto del escritor: @emmagomezsoprano
    @emmagomezsoprano
  • 29 dic 2018
  • 1 Min. de lectura

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Obsérvate delante del espejo.

Abre la boca imaginando una gran y agradable sorpresa.

Ahora gira tu cuello despacio y vuelve al centro. No emitas ningún sonido.

Tu boca sigue abierta. Solo observa.

Todo es grande en tu interior... deslizar el sonido es no golpearlo; es apoyarlo en el aire y con un buen calentamiento disfrutar de tu registro y subir y bajar notas que producen tus cuerdas vocales y resuenan.

No mires al piano mientras te acompaño.

Confía en tu voz y en la imitación de tu voz con la mía.

Nunca te dejaré sólo en tu primera experiencia con los agudos.

Recuerda, estás cantando, no hablando, por lo que tu oído interno avisa a su cerebro y le dice "oohh ¿ésta es mi voz?". Y yo adivino esa pregunta a gritos y sonrío con tu cara de sorpresa y te animo a seguir.

Los agudos de tu voz SON TUYOS. A veces son territorio virgen, natural.

Sin golpes, sin gestos ni tensiones faciales, ni ceños fruncidos, ni desplazamientos mandibulares... ¡¡sean todos ellos bienvenidos!!

 
 
 

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